Situada en el distrito XVI de la capital francesa, a pocos metros del estadio de Roland Garros, este equipamiento deportivo fue proyectado en 1929 por Lucien Pollet y desde 1990 es considerado como un edificio histórico.
Desde su inauguración, con la presencia del nadador olímpico Johnny Weissmuller, popular por haber interpretado a Tarzán en la gran pantalla, Molitor demostró que era mucho más que dos piscinas (una cubierta de 33m de largo y otra al aire libre de 46m de largo).
La piscina Molitor era un punto de encuentro en la vida social parisina de los años 30 a los 60, estas instalaciones han acogido exposiciones y desfiles de moda. Uno de los más recordados es de 1946, cuando Louis Réard presentó el primer bikini, que lució una bailarina del Casino de París porque el resto de modelos se negaron a llevar ese traje de baño de dos piezas.
Después de su clausura tras el cese del contrato de explotación, el arte urbano se apoderó de este espacio, que quedó llenó de grafitis y fue el epicentro de fiestas «underground».
Tras algo más de dos años y medio de trabajos, un acuerdo previo con el Ayuntamiento de París y una inversión de unos 80 millones de euros por parte de capital privado, Molitor renació el pasado mes de mayo bajo la fórmula de club privado y hotel de cinco estrellas gestionado por el gigante de la hostelería francesa Accor. Prácticamente reconstruida en su totalidad, el icono emerge con una mezcla de nostalgia, entusiasmo y alguna que otra polémica, y con la vocación de desempeñar nuevamente un papel singular en la vida parisina.
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